Análisis transaccional, Inteligencia Emocional
El Análisis Transaccional es una teoría de la psicología humanística creada por Eric Berne en los años 50 del siglo pasado, que explica como se forma la personalidad del ser humano. Se llama análisis por separar el comportamiento en unidades fácilmente observables y transaccional por su énfasis en las trans-acciones. Así, la personalidad se forma de los 0 a los 12 años, desarrollando en cada edad una fase del yo que ya queda incorporada en la persona.
Se distinguen tres estados del yo, que son el padre el adulto y el niño (PAN) y a cada una le corresponden una serie de cualidades o características. Así, en la parte Niño encontramos todo lo relacionado a emociones, reconocimiento y necesidades (está en contacto directo con procesos corporales). Es la parte más auténtica e intuitiva. En el estado del Yo Padre se encuentran los juicios, creencias y valores (costumbres, aspectos críticos y de juicio). En el YO Adulto se halla la capacidad resolutiva y ejecutora de la persona (aspectos lógicos y racionales que proporciona datos y autonomía). En este estado del yo la persona tiene la habilidad de la comunicación, ejecución, resolución, marcarse objetivos; acción en definitiva.
A partir de los 12 años la persona ya ha formado su personalidad y funcionara en la vida respondiendo a ella, de forma automática. Esto le puede servir o bien mas adelante se de cuenta de que hay cosas que no van tan bien y se preguntara el porqué.
Con este fácil esquema y conociéndolo bien es sencillo cambiar en nuestra vida aquello que en lugar de impulsarnos nos limita. Hay muchas personas que se escudan diciendo “yo soy así” o “esto es así” y no puede cambiar. Sin embargo eso no es cierto. La personalidad de todo ser humano siempre es susceptible al cambio y eso es lo que tenemos a nuestro favor. En otras palabras no somos victimas y por tanto tenemos la suerte de poder cambiar aquello que parece que nos mantiene atrapados. Es decisión de cada uno cuando cambiar algo que no quiere y dejar de verlo en los demás o pensar que no es responsabilidad suya.
¿Para que sirve? Fundamentalmente para comprender la conducta humana, pero básicamente ayuda a conocer la propia. Facilita el entendimiento de los procesos emocionales y mentales, es también muy eficaz para resolver problemas de comunicación interpersonales, ayuda a ver las decisiones no tomadas, el motivo de ello y poder gestionar las emociones para apoyar la toma de decisiones y consecución de objetivos, también veo mis patrones mentales y por tanto mis creencias.. En definitiva sirve para facilitar a la persona el auto conocimiento y también poder trabajar en áreas o aspectos de su vida que quiera cambiar.
En eso consiste la inteligencia emocional, en saber adaptarse de manera óptima a las circunstancias, al entorno, pero, ¿Cómo vamos a poder hacerlo si primero no sabemos que nos da miedo a cambiar, o que situaciones nos mantienen atrapados en nuestros limites y no permiten conocer aquellas partes de mi que están esperando ser desarrolladas hacia una mayor plenitud? ¿Cómo puedo juzgar lo que ocurre si mi percepción no es todavía lo suficientemente clara o amplia?
Todos jugamos un papel, pero tenemos que ser conscientes que podemos cambiar ese papel en el momento que no nos sirva, o bien poder reaccionar de una forma más saludable a aquellas situaciones en las que no hay mucho margen de actuación. El análisis transaccional nos da una visión amplia para poder ver con mayor perspectiva y poder ir siempre mas allá de lo que pensaba que podía… me hace responsable.
Meritxell Balada
Profesora de Análisis transaccional, Inteligencia Emocional en Mens Venilia