Los beneficios del Mindfulness
Beneficios del Mindfulness
Una de las piezas fundamentales del bienestar físico y mental es el equilibrio emocional. Y es en este punto donde se presenta el mindfulness, por su objetivo de contribuir a alcanzar ese equilibrio emocional.
En la vida cotidiana sentimientos como la rabia, la tristeza, la desesperación o la indignación invaden la mente de las personas, dificultando e imposibilitando que sean capaces de resolver sus problemas y haciendo difícil mantener ese equilibrio.
Mindfulness es un término inglés, cuyo significado en español podría ser el de conciencia plena o atención plena. En un contexto terapéutico, el mindfulness es la conciencia del momento presente con aceptación. La mente humana tiende a cavilar con un pensamiento recurrente que no conduce a soluciones, a preocuparse demasiado del pasado o del futuro generando ansiedad y eliminado la capacidad del ser humano para planificar.
Si alguna vez has sentido alguna de esas sensaciones, acudir a un curso de mindfulness te aportará muchos beneficios. En términos prácticos, el objetivo final del mismo es que el alumno sea capaz de meditar, con el fin de poder cambiar la mente.
En un primer paso aprenderás a calmar la mente. En un segundo paso, una vez que tu mente esté en calma, aprenderás a ver con claridad la realidad en la que nos encontramos, de manera que puedas resolver los problemas a los que te enfrentas cada día. De un modo gráfico, la mente de una persona se puede comparar con el agua de un estanque con partículas en suspensión, agitadas por el día a día, que impiden ver el fondo. Si el agua de ese estanque se calma, las partículas reposarán y el agua se tornará transparente y se podrá ver el fondo. Y eso es lo que se pretende con el mindfulness.
La propuesta de mindfulness para aprender a calmar la mente es la meditación del sonido y el silencio, ejercicio básico en que el alumno aprende a fijar su atención en el sonido o silencio del momento, aprendiendo a que su mente, de una forma apacible, preste atención únicamente al presente. En una segunda parte, la práctica de mindfulness enseña a observar, sin tomar partido, todo aquello que pasa por la mente. Ambos ejercicios requieren entrenamiento, pues no son fáciles, pero producen los cambios necesarios en la mente para aumentar la motivación, tener menos temor al fracaso, menor incidencia de los síntomas de estrés, a disminuir la ansiedad, la depresión la vergüenza y los conflictos familiares.