CAMINO A LA AUTOREALIZACIÓN
«En la vida hay que hacer tres cosas: escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo».
El otro día escuché de nuevo este dicho y me hizo reflexionar, le vi un sentido que hasta hace poco se escapaba de mi comprensión. Lo veía sólo como un listado de tres cosas literales que se deben hacer en la vida para ser alguien importante o algo por el estilo. Ahora comprendo que no es así, que se trata de auto-realización, algo que durante tiempo estuve ignorando y ahora se ha convertido en uno de mis principales valores de vida.
Últimamente las personas que voy conociendo coinciden en que parezco mayor de lo que soy, o que se me ve muy centrado para mi edad. Bien, he de decir que no ha sido así siempre. Hasta hace alrededor de 1 año vivía en Mallorca y era otro adolescente más que no acabó sus estudios de bachiller, sin trabajo estable, independizado desde los 19 y sin aspiraciones de futuro, más que seguir igual.
Un día mi hermano me dijo de que empezó a estudiar Kinesiología en Mensvenilia y que hacían unos cursos que posiblemente me gustasen, al cabo de unos meses seguía hablándome de la escuela e insistió en que me informara sobre la PNL. Cuando finalmente me explicó en qué consistía me arrepentí de no haberlo mirado antes, empecé a informarme sobre el siguiente curso de PNL Intensivo y allá que fui, con la ilusión de un niño pequeño.
Una vez en Barcelona hice el curso con Alejandro Cuellar, un maestro entre maestros, y fue una de las experiencias más gratificantes de mi vida, 10 días consecutivos en los que pude resolver conflictos anteriores, me di cuenta de mi forma de vida y los cambios que quería hacer, descubrí motivaciones y me planteé objetivos serios.
Un mes después volví para estudiar Business Coaching, entonces descubrí nuevas opciones de empleo, que ya podía trabajar por mi cuenta en varios sectores e incluso montar mi empresa. A pesar de que seguía teniendo dudas acerca de mi mismo, ¿seré capaz?, ¿lo dejaré en cuanto se complique algo?, ¿seré bueno?…
Pocas semanas más tarde empecé con el Máster en PNL, de nuevo con Alejandro y su peculiar forma de enseñar, que hace que todo parezca fácil. Durante la primera clase comprendí que todas esas dudas no las resolvería hasta que no dejase de juzgarme y me lanzase a actuar, por lo que, al día siguiente del curso llamé a la escuela para pasar a hablar con ellos. Me armé de valor y me ofrecí para trabajar en la escuela, algo de lo que hoy en día sigo sorprendido y orgulloso.
Ahora ya llevo formando parte de esta pequeña familia algo más de medio año, en los que cada día es una oportunidad de aprender algo nuevo, de descubrirse más a uno mismo, de seguir auto-realizándose y plantear nuevos objetivos.
Cuando ahora me paro a pensar en cómo durante años he dejado que el tiempo pase sin más ilusión que llegar al día siguiente y veo continuamente a personas que hacen más de lo mismo esperando a que las cosas cambien solas, quisiera decirles lo mismo que me dijeron a mi: No te juzgues y actúa, sólo de ese modo harás que tu vida cambie.
Para finalizar quiero dar las gracias a Alejandro Cuellar y Elizabeth Alliaume, que con sus comentarios y su confianza me han ayudado a mejorar día a día.
Aitor Merino
Coordinador de Cursos en MensVenilia