LA CASA DEL CERRAJERO

Hace casi dos años, decidí que era necesario realizar un cambio en mi vida que me acercara de forma vivencial a lo que yo entendía como mi verdadera naturaleza.

En ese momento desconocía por completo técnicas de desarrollo personal, aunque intuía que alguna de ellas podía despertar en mí un interés real por el aprendizaje y la mejora de mis aptitudes.

Comencé entonces la búsqueda, por la ciudad de Barcelona, de sitios que se dedicaran a la mejora y el desarrollo de personas. Después de recorrer, hablar y recoger información de varios lugares, encontré un anuncio del centro Mens Venilia. Cuando entré y recibí la cálida atención de las recepcionistas, mi cansancio desapareció para dar paso a una plena atención. Me informé de los cursos que ofrecían y salí sin saber que ese sería el lugar y el principio de una aventura interna que me llevaría a encontrarme con las raíces de mi propio ser.

Durante mi primer año, compartí buenos momentos con mis compañeros y conocí a mi profesor, Juan Guardia, un mago de la palabra en constante búsqueda de conocimientos de distintas y variadas vertientes del comportamiento humano de las que extrae ricas virtudes.  Además, un hombre cercano, sencillo y con gran sentido del humor.

Durante este primer año, la idea de mi destino se aclaró notablemente. Comencé a comprender que hay ciertos caminos y elecciones que pueden tener un efecto transformador y constructivo en mi vida. Comprendí también, que hay reglas codificadas en nuestra mente, que muchas veces nos impiden desarrollarnos al máximo, y que por lo tanto, es preciso entrenarnos en la habilidad de hacernos preguntas que cuestionen todo aquello que sostenemos como una verdad. Fui fiel testigo de cómo el andamiaje interno de mis propias creencias limitantes se tambaleaban ante el sutil susurro de una sola palabra…. PUEDES!!!

En este segundo año, el camino se ha intensificado y los procesos de autoconocimiento son más profundos bajo la mirada atenta del maestro de las llaves.

Alejandro Cuéllar posee de forma innata una exquisita habilidad para llegar al alma de las personas. Como si de un artesano de la mente se tratara, maneja con minuciosa destreza los distintos lenguajes del cuerpo y articula su proceso de forma rápida y tremendamente efectiva. Es estimulante presenciar sus intervenciones e intentar absorber información de su esmerado método de trabajo. Alejandro es una mezcla rara, entre monje Zen del siglo 21, cirujano del lenguaje, y trapecista ágil, sin red, del intrincado mundo de la comunicación interpersonal.

Llegué, al igual que todos mis compañeros, con un talento interno, y Mens Venilia me aportó el mapa y las instrucciones precisas para llegar a él. Ahora me enfrento a grandes decisiones, y al comienzo de un nuevo desafío personal, aunque ahora mi fortaleza y la visión de las circunstancias que me rodean, están fuertemente ancladas en una imagen nítida y colorida de mi mismo, en la que me repito una y otra vez, ADELANTE!!!.

Sebastián Darpa

Alumno del Master de PNL en Mens Venilia

 

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