Mente y Cuerpo, un Sistema de PNL
La PNL está bajo el soporte o cimientos de lo que llamamos presuposiciones.
Las presuposiciones dan forma a un modelo que nos permite comprender e interactuar con las personas que conocemos y en el mundo en que vivimos. Cuando aprendemos PNL y queremos provocar cambios en nosotros mismos o en el trabajo con otras personas, la facilidad en realizarlos dependerá en como hayamos integrado dichas presuposiciones.
Aunque sabemos que no son las únicas, la PNL las propone como creencias útiles para lograr el éxito. Las aceptamos porque resultan útiles y capacitan a las personas para usar mejor sus recursos de una forma más efectiva ayudándoles a conseguir sus propósitos.
Presuposiciones como: El mapa no es el territorio; Todas las personas tienen los recursos que necesitan; No hay errores (o fracasos), solo resultados; Todo comportamiento tiene una intención positiva; La mente y el cuerpo forman un sistema, etc, nos ayudan a relacionarnos, comunicarnos e interactuar dentro de nuestro entorno de una manera eficaz y nutritiva. Facilitándonos posibilidades para lograr nuestros propósitos y objetivos.
Aunque hay muchas más presuposiciones que dan forma al fascinante mundo de la PNL y cada una merecería por si sola todo un largo y amplio debate que nos ayudaría a entenderla en toda su amplia dimensión, en este artículo os voy a hablar sobre una de las señaladas anteriormente; “La mente y el cuerpo forman un sistema”.
LA MENTE Y EL CUERPO FORMAN UN SISTEMA
¿Qué quiere comunicar la PNL cuando habla de esta presuposición?
La explicación es muy sencilla y podría aclararse solamente con dos preguntas:
¿Alguna vez has tenido algún dolor físico, de espalda, estómago, etc, y te ha hecho que cambie tu estado emocional, sintiéndote malhumorado o agotado y eso ha hecho que comiences a pensar de manera diferente a cuando no tenías el dolor?
¿Alguna vez has tenido que hacer algo y solo con la idea de hacerlo te has sentido estresado y has sentido en tu cuerpo, tensión, malestar o alguna sensación desagradable físicamente?
Lo más habitual es que tus respuestas hayan sido que sí.
Percibimos a través de nuestro sistema neurológico, y éste esta interconectado a todas las partes de nuestro cuerpo y cuando hablamos de sistema neurológico, en PNL, lo hacemos de todos nuestro del cuerpo y de nuestro sistema nervioso central donde incluimos el cerebro. En este sentido si percibimos por medio de nuestro sistema neurológico sería fácil intuir que lo pensamos sea el resultado de la interacción de lo que percibimos y la configuración de nuestro propio sistema. Por tanto todo lo que pasa en nuestro cuerpo (donde esta nuestro S.N) afecta a cómo percibimos y también a lo que pensamos y todo lo que pensamos, por ser algo que también percibimos, afecta a nuestro S.N. y por tanto a nuestro cuerpo.
Cuando aprendemos PNL tenemos en cuenta tanto los pensamientos como el cuerpo; tanto la forma de pensar como la de sentir en lo fisiológico. Cuando tengo un pensamiento, tengo una reacción física; en ocasiones es interna, hormonal, emocional… y a veces o posteriormente de comportamiento. Cuando mi cuerpo tiene un dolor o una posición determinada, tengo unos pensamientos determinados y casi seguro una emoción.
Con toda esta información tanto del cuerpo como de la mente trabajamos desde la Programación Neurolingüística (P.N.L) para, en primer lugar abrir un espacio de autoconocimiento que nos llevará a descubrir un sinfín de conductas, reacciones y formas de pensar que, en algunos casos nos perjudican y en otros nos benefician. Y en segundo lugar nos da la posibilidad de poder provocar el cambio en otras personas dentro de un ámbito terapéutico.
¿Cómo sería para ti comenzar a conocerte? ¿Dónde tu cuerpo y tu mente van en el mismo sentido o en sentido contrario?
Parece evidente que lo que pensamos afecta a nuestro cuerpo y viceversa. Sabemos que nuestros pensamientos son el resultado de una estructura neurológica moldeada entre otros factores por nuestra forma de hablar y nuestra forma de hablar es el resultado de nuestros pensamientos. Tenemos que comenzar a detectar nuestros pensamientos, a ser sensibles a nuestro cuerpo y a escuchar nuestra forma de hablar y las palabras que utilizamos. Esta información no será de gran utilidad a la hora de realizar cambios sobre nuestra conducta.
Cambia tu forma de hablar y observa que ocurre con el resto.
Escuela Europea MVIG Barcelona